Los restos conservados de este antiguo templo circular o tholos (dañado y restaurado por los terremotos), construido en el año 390 a. C., forman parte del santuario de Atenea Pronaia, un complejo de edificios situado a las afueras del recinto de Delfos. Este complejo arquitectónico data de los años 370 y 360 a. C., y comprende varios edificios: el gimnasio, la Casa de la sacerdotisa, los cimientos del último templo de Atenea y el tholos.
Este templo de planta circular (no muy frecuentes en la arquitectura griega), en su concepción original, presentaba 20 columnas dóricas en el exterior, y 10 columnas corintias en el interior (las cuales, originariamente, estaban encajadas en el muro), apoyadas todas sobre un pequeño podio escalonado.
Curiosamente, su uso supone todavía un misterio. Además, desde el punto de vista arquitectónico, el tholos presenta una serie de novedades, empezando por su misma planta circular, la cual no se usaba, al parecer, desde la época arcaica, aunque tendría un gran éxito en los siglos venideros.
Sin embargo, hoy en día tan sólo se conservan tres de sus columnas, las cuales sustentan parte del arquitrabe conservado, lo que nos permite imaginarnos su esplendor pasado.
Fuentes: Xtec y Artecreha |
Para exponer sus hallazgos en su última obra, Teodoto (quien, en esta obra, trabajó con Ictinos) escribió incluso un libro, según nos relata Vitruvio. En realidad, nos hallamos en la línea de las investigaciones que se realizaban a fines del siglo IV a. C.
Las columnas internas encajadas en el muro, el uso del orden corintio y el manejo de piedras de distintos colores nos trasladan de forma sistemática a obras como el Erecteión (construido entre los años 421 y 406 a. C, en la Acrópolis de Atenas, .) o el templo de Apolo en Basas (del 450 a. C.).
Bibliografía:
LEVI, Peter: Grecia. Cuna de Occidente. Ed. Folio, Barcelona.
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